De la semilla a la siembra.

A aquellos lectores iniciados en el mundo de las criptomonedas no les sonará rara la relación que existe entre esta nueva economía digital basada en activos inmateriales con ciertos términos provenientes del mundo agrícola, tales como siembra de monedas o semillas de recuperación.

Para otros muchos, tal relación sonará extraña e incomprensible, por cuanto no se aprecia a simple vista la conexión entre las semillas, la siembra y el entorno económico digital.

Para retomar el hilo de este post, recomendamos leer alguno de los artículos anteriores del blog que tratan sobre bitcoin, pero en especial el anterior a este que enlazaremos aquí abajo:

En él explicábamos cómo la particularidad de la encriptación asimétrica hace que cada usuario tenga al menos una clave privada y otra pública. La publica encripta y la privada desencripta.

Hasta aquí todo genial, tremendamente seguro y tal, pero claro, no hay autoridad reguladora ni supervisora. ¿A quién acudo si pierdo mis claves? Pues la respuesta es: absolutamente a nadie.

La respuesta inquieta y es evidente que es disuasoria para aquellos novatos que están pensando iniciarse en este mundo, ya que el extravío o deterioro del soporte donde guardes esta clave puede hacerte perder todos tus fondos.

Esta es la apariencia que tiene una clave privada:

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El formato es sistema hexadecimal que tiene como base el 16, y lo forman números de 0 al 9 y las 6 primeras letras del abecedario (A, B, C, D, E, F). Como te advertirá cualquiera que domine algo de la materia, esta clave privada no debes dársela a nadie, debes conservarla integra y sin errores, pero no debes enviarla por email, ni tenerla en ningún formato electrónico que pueda conectarse a internet… ¿entonces, serias capaz de memorizarla?

Evidentemente, salvo ciertos privilegiados de los que se han hecho hasta películas, lo normal es que todos veamos como una quimera memorizar esa ingente cantidad de letras y números. Por suerte hay otra manera de conservar tus claves privadas, aquellas que te dan acceso a tus fondos en una wallet, y esta es la semilla o seed en inglés. Que puede ser algo tal que así:

witch collapse practice feed shame open despair creek road again ice least

La semilla es una combinación de 12 o 24 palabras elegidas al azar, de un total de 2048, seleccionadas en un determinado idioma, normalmente inglés, y que han de ser sencillas, fáciles de memorizar y que sus 4 primeras letras sean distintas de cualquier otra palabra. Han de ser reproducidas en un orden concreto y, este factor genera una cantidad tal de probabilidades, que un ataque de fuerza bruta, es decir probar las 2048 palabras en paquetes de 12 o 24 en diferentes posiciones, nos da como resultado que tardaríamos aproximadamente 30 millones de años en encontrar la combinación correcta.

La seed podemos definirla como una especie de codificación de nuestra clave privada, pero al tratarse de palabras relativamente comunes son mucho mas sencillas de recordar que el galimatías de la clave privada y, esta seed te autentifica como legitimo propietario de los fondos que estén depositados en una wallet.

Esta combinación de palabras, que conforman algo parecido a una frase, al igual que la clave privada debe ser protegida con especial interés, pero al contrario que el código hexadecimal muy propenso a errores, esta frase puede ser fácilmente escrita en un papel, hacer algunas copias y guardarlas en cajas de seguridad o incluso si confías en la perpetuidad de tu memoria, pues simplemente memorizarlas.

Acordaros que al comienzo también hablábamos de siembra de monedas. A pesar de que pudiéramos pensar que la semilla y la siembra han de estar relacionados, nada más lejos de la realidad.

Cuando hablamos de siembra nos referimos al acto de inmovilizar nuestros tokens en una determinada plataforma dentro del ecosistema Defi (finanzas descentralizadas), autorizando el uso de las mismas para conceder prestamos a un tercero a cambio, como es lógico, de un rendimiento. Es cierto, aquello de “como es lógico, de un rendimiento” a día de hoy es inusual ya que la economía actual basada en el dinero deuda, se asienta en tipos de interés cercanos a cero o incluso negativos.

Entendemos por tanto que, si esta nueva forma de dinero tiene un precio positivo, ya que acabamos de decir que genera rendimientos, porque su tipo de interés es positivo será porque el dinero digital, al contrario que el fiduciario, se percibe como valioso quizá porque sea dinero de verdad.

¿Pero esto es así en todas sus formas? ¿Está justificado el rendimiento positivo de estos tokens sembrados?

Os emplazo a un próximo articulo de esta mini serie, en la que abordaremos un poco más en profundidad estos aspectos, e intentaremos conocer qué hay detrás de las empresas de farming.

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Efrén Arroyo

Economista, Periodista y Director de Criptoro Digital Blog.