Reconversion europea. Horizonte 2030.

En los últimos días, parece que ha logrado concretarse el paquete de ayudas para la reconstrucción europea. El termino usado, como veis, es lo suficientemente gráfico como para que a nuestra mente vengan imágenes del Berlín de 1945 en el que ciertamente había mucho que reconstruir y los programas de gasto en obras públicas tenían todo el sentido del mundo.

En la Europa actual, sin embargo, no hay mucho que reconstruir en el sentido material del término, más bien todo lo contrario, probablemente tras décadas de inversiones procedentes de los sobredimensionados estados, tenemos mayor dotación de infraestructuras de las que realmente vamos a necesitar en los próximos años, por tanto, el concepto que mejor se ajusta a la tarea que tenemos por delante, quizá sea el de reconversión europea.

No obstante, nos choca que el espacio económico con mayor calidad de vida y riqueza del mundo, necesite una reconversión y mucho menos una reconstrucción. Sin embargo, la dotación de estos fondos, fundamentalmente para los países del sur de Europa, que son los más están sufriendo los efectos de la pandemia, y que además son los más dependientes económicamente del turismo, están supeditados al cumplimento de una serie de condiciones.

 

 

Estas condiciones, las podemos dividir en dos tipos. De una parte, tenemos las reformas estructurales que cada país receptor de fondos debe realizar para corregir sus desequilibrios y de esta forma no generar excesivos déficits presupuestarios, que en el caso concreto de España se centran en el sistema de pensiones, sobre el cual ya dedicamos un artículo no hace demasiado y vimos que era insostenible a medio plazo, y la sobrerregulación del mercado laboral, que nos hace tener índices medios de desempleo por encima del 15% en los últimos 30 años.

De otra parte, y quizá esta es la más relevante estratégicamente hablando, se imponen condiciones que van encaminadas a controlar qué se va a hacer con estos fondos. Y dado que como comentábamos antes, no existe en Europa la necesidad real de mejorar el equipamiento y las infraestructuras, es más, si algo se nos puede reprochar en España, es haber usado anteriores fondos para derrocharlos en autopistas sin mucho trafico y aeropuertos sin aviones, el destino planteado y exigido de estos nuevos fondos de reconversión nos parece sumamente revelador a la hora de conocer cuál es la senda que impone la Unión europea a sus socios.

De lo que ha trascendido y hemos podido leer en la prensa, destacamos que esta inversión debe servir para impulsar la recuperación de la economía por un lado y propiciar la transformación del modelo productivo por otro. Pero, ¿qué modelo productivo se pretende? Pues según dejan entrever, uno que se encamine hacia la transición ecológica, la digitalización, la movilidad sostenible y el desarrollo de la economía de cuidados.

 

 

Siendo todos estos objetivos tremendamente amplios, el hecho de que sean precisamente estos y no otros, además de que cada uno de los 27 países miembros de la UE tendrán el papel de ser supervisores, para que se cumpla la orden de usar los fondos en proyectos encaminados a cumplir estos objetivos, con la amenaza añadida de poder bloquearlos si se desvían de los mismos, parece lógico pensar, que estos requisitos de la UE constituyen un importante paso a nivel financiero para comenzar a implementar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que marca la agenda 2030.

Este acuerdo firmado por los 193 países miembros de la ONU en septiembre de 2015, contempla 17 ODS, con intenciones tan poco discutibles como:

ODS 2: Hambre cero.

ODS 4: Educación de calidad.

ODS 7: Energía asequible y no contaminante

ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

ODS 12: Producción y consumo responsables

… por poner algunos ejemplos

Como podéis comprobar los objetivos son poco rebatibles, es decir, nadie puede estar en contra de estos ODS, que además según lo firmado por estos 193 países, deben alcanzarse en 2030.

Esta fecha, a día de hoy, nos parece aún más utópica que el contenido de los objetivos, sobre todo en un contexto económico como el actual.

 

 

Tal y como se ve el futuro en 2020, se nos antoja tremendamente complicado poder cumplir estos ODS a nivel mundial en tan solo una década. Como también es lícito sospechar, a la luz de la consonancia entre los ODS y la finalidad de los fondos de la UE, que este plan de reconstrucción o reconversión europea es un paso más en el intento de que la agenda 2030 deje de ser un pin en la solapa y pase a ser una realidad a final de esta década.

Suscríbete aquí a nuestros seminarios semanales en los que podrás estar informado de una forma cómoda y amena de los movimientos geopolíticos y macroeconómicos esenciales para entender y sacar todo el provecho del devenir de los próximos años. Recuerda que en Criptoro trabajamos a diario para que puedas adelantarte al futuro.

Efrén Arroyo

Economista, Periodista y Director de Criptoro Digital Blog.